Oscar Niemeyer, gran arquitecto. Brasilia es el marco más conocido de su obra. Hizo su Catedral, con sus dieciséis columnas diseñadas en círculo. Suya es la expresión: “Nunca oculté mi posición de comunista”. No cree en Dios.
En otra catedral católica, la de Niteroi, otro fue su atrevimiento, construirla sobre un montículo cercado por el mar, así que los fieles tuvieran la sensación de estar sobre las aguas.
La Iglesia, ni la brasileña ni la mallorquina, no pone obstáculos para que ateos y agnósticos enriquezcan su patrimonio cultural.
Otros gallos cantarían si la increencia aceptara enriquecerse con igual magnanimidad. Sería coronada con iguales éxitos.