Metástasis es una palabra que proviene de dos palabras griegas que significan desplazamiento y allá, aludiendo a la enfermedad de una parte del cuerpo que se desplaza a otra y se extiende hasta un punto que hace difícil distinguir la parte del cuerpo que permanece inmune y la que está doliéndose.
¿Es una acertada, aunque triste, metáfora de lo que culturalmente nos ocurre ahora mismo, cuando muchos encontramos dificultad de saber qué concepto dar por irracional y cuál dar por ponderado? Es, culturalmente, el paso del todo vale al todo a un euro y de éste al todo es relativo. Alguien lo ha expresado de ese otro modo, paso del buenismo al facilismo y de éste al cinismo.
Así como la metástasis carnal es una mezcla que dificulta la tarea del bisturí que no sabe bien qué dar por bueno y qué por malo, la metástasis conceptual es un mezclado que dificulta la tarea del análisis que no sabe bien qué dar por sensato y qué por demente. Hijos del wasap, el lifting y el selfie, capturados por el zapping de la televisión, la wifi del ordenador y los megapixels del móvil, vivimos comunicando sin mensaje, progresando sin destino, transgrediendo sin responsabilidad.